Desde 1996 investigamos, producimos y comercializamos diversas flores comestibles, resultado de ello es llegar a esta selección de flores, la mayoría perennes o anuales de fácil cultivo, que aportan a los platos color, sabor y vitaminas que rara vez están en las hojas o tallos de las plantas comestibles mas habituales. Entre ellas destacar el aroma fuerte, picante y anestesiante de la flor eléctrica que con poca dosis te adormece la boca, cuello, e higieniza dientes, boca, llaga. Y con la combinación justa, resalta cualquier plato. Otra de mis preferidas son las begonias o oxallis, que aportan sabor a limón y vitamina C, picantes como las capuchinas, dulces como las salvias, platycodon o campanilla, aromáticas como la de los geranios, claveles mini, tagetes, hibiscus,… Otra curiosidad está en las flores de las salvias; si las chupamos como quien chupa por una pajita, subirá un líquido extremadamente dulce, que siempre que podamos repetiremos. Podemos extraer un néctar altamente cargado en azucares, que los niños disfrutaran e incorporan en su rutina de juegos de campo.
Aunque no podemos negar que hay muchísimas más plantas con sus flores comestibles, que no detallamos ya que sus flores son demasiado pequeñas y aguantan poco después de su cosecha, aunque sabemos perfectamente que están riquísimas y que las podemos comer como son las flores de: guisantes, coles, rabanizas, rúcolas, albahacas, salvias, romeros, lavandas, girasol, manzanilla, lilo, diente león, achicoria, malva, malvavisco, berros, cebollino, tomillos, mentas, hisopo, nepetas, borraja, bisap, cilantro, comino, eneldo, perifolio, calaminta, cebolla, puerro, calabaza, calabacín, equinácea, estragó, espino blanco, ficoide glaciale, hinojo, hinojo marino, melisa, mostazas, mizuna, mibuna, tatsoi, packchoi, nabos, rábanos, orégano, perilla, sauco, verdolaga...
Pau Pàmies